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Salma Hayek y Valentina, las imágenes en su portada de Vogue

La actriz mexicana y su hija posan juntas para la portada de Vogue México y Latinoamérica, bajo la lente de Nico Bustos y estilismo de Valentina Collado.

Salma Hayek y Valentina Pinault encarnan la mirada más íntima que existe de la relación entre madre e hija. Ambas, por primera vez en entrevista comparten una entrañable conversación junto a la actriz, Irene Azuela, mientras el lazo familiar se materializa en las fotografías para la portada de Vogue México y Latinoamérica en su edición de mayo 2022.

La maternidad es la ventana por la queSalma Hayek nos invita a asomarnos a los fragmentos de una historia de complicidad con Valentina

Juntas cuentan un relato tan auténtico como ellas mismas, en el que hablan de su experiencia al posar para esta portada; de su relación con la moda y las prendas que comparten entre armarios; de maquillaje; del lenguaje que utilizan cuando necesitan fortalecer su unidad; del cambio en la disciplina que requiere una mujer para retomar sus labores cuando se convierte en madre —y la disparidad de preocupaciones que conllevan el antes y el después de ello—; así como de la solidaridad y las ilusiones que existen en el futuro de una adolescente que ha visto triunfar a su mamá bajo los flashes de Hollywood

El diálogo surge de manera natural, como entre las amigas que construyen su relación a base del aprendizaje mutuo que nace de un vínculo sin igual. En palabras de la actriz mexicana, una en la que ‘la familia pasa a primer plano siempre’.

Un lazo inquebrantable

Madre e hija se comunican en a través de la lengua materna de la actriz mexicana cuando necesitan crear un momento a solas, aún cuando están rodeadas de más personas. ‘Le hablo en español si no quiero que nos entiendan los que están alrededor. Además, creo que refuerza la unidad, el vínculo familiar, fortalece el lazo que tenemos’, confiesa Salma Hayek.

Maternidad por convicción

Salma Hayek tuvo claro el momento en el que quería convertirse en madre. ‘Mi caso fue muy particular porque yo me volví madre muy tarde. Lo hice ya que encontré a la pareja de mi vida, que tenía una carrera estable, pero es que yo ya tenía tantas ganas de tener a esta hija que ya nada más me importaba. Ni mi carrera ni nada, creo que eso me ayudó mucho’, cuenta para las páginas de Vogue México y Latinoamérica.

Herencia de estilo

Como buena hija, de vez en cuando Valentina no duda al echar una mirada en el armario de su madre. ‘En esta casa nos peleamos por la ropa porque se lo lleva todo de mi clóset. Luego no encuentro nada’, comenta la protagonista de Frida. Y aunque ambas no calzan del mismo número, la pequeña confiesa su gusto por los zapatos de mamá, y algo más… ‘La verdad es que cuando se trata de ropa, la de ella me encanta, pero en general siempre uso lo que me gusta, casi no me fijo en la marca. En general me agrada también combinar y llevar piezas vintage’, admite la hija de Salma Hayek.

Belleza propia 

Cuando se trata de definir su estilo, Valentina se vale de sus productos de belleza para ser ella misma. ‘Me encanta el maquillaje, tengo mucho, pero no me lo hago para ser muy linda o porque me quiero quitar imperfecciones. A veces no me quiero aplicar concealer porque creo que las ojeras agregan algo más. Me gusta usar maquillaje de muchos colores y, no sé: me gusta explorarlo’, comenta.

Dúo eterno

Cuando nació su hija, la actriz mexicana estaba dispuesta a no trabajar más, por lo que pasó los primeros años junto a ella. Sin embargo, sabía que su carrera era la vía que le deja dar rienda suelta a su creatividad, así que se lo replanteó. ‘Fue como a los 3 años de tener a Valentina que comencé a actuar de poco a poco y empecé a viajar, pero cuando ella tenía 7 años buscó tener su propio ritmo y su propio espacio’, declara.

Con los pies en la tierra

‘Creo que en mi caso, lo que realmente me importa son las personas sin hogar, porque tengo amigas que no tienen una casa’, comenta Valentina. Y es que más allá de los likes en redes sociales, la pequeña hace un voluntariado que le ha dado aprendizajes de vida. ‘Voy a una soup kitchen; ahí conocí a una mujer de L.A. que era mexicana y eso movió algo en mí. Aprendí que cada persona que no tiene casa posee una historia distinta’, comparte a Vogue. 

Instinto maternal

‘Mamá mexicana es mamá mexicana, no importa en donde estés’, declara Salma. Y es que por más que su profesión la mantenga viajando por todo el mundo, la actriz siempre se mantiene cercana a su hija. ‘Siempre me habla, que si ya comí, que si ya me dormí. No importa si está en L.A. y yo en Londres, me marca’. afirma Valentina.