Después de 13 años sometida al estricto control de su padre, el pasado mes de noviembre Britney Spears recibía la mejor de las noticias: por fin recuperaría su liberta. Un proceso que, desde luego, no ha sido fácil para ella, sobre todo porque no contó con el apoyo del resto de la familia. La cantante ha hablado en muchas ocasiones sobre la mala relación que tiene con su familia, y las cosas no parece que vayan a mejorar. De hecho, Britney ha comenzado 2022 dando un paso más allá en este distanciamiento, y ha dejado de seguir a su hermana Jamie Lynn en Instagram.

Jamie Lynn no estuvo ahí para Britney en los momentos en los que más lo ha necesitado. «No apoyé públicamente a mi hermana antes porque sentía que ella necesitaba hablar por sí misma y decir lo que siente. Creía que no era mi lugar y que no era correcto. Pero ahora que ya ha hablado con claridad y ha dicho lo que necesitaba decir, creo que ya puedo hacer como ella y decir lo que siento que necesito decir», declaró en Instagram hace unas semanas. Ojo, porque todo este lío desembocaba en amenazas de muerte por parte de los fans de Britney, que la acusaron de haberse aprovechado de la fama de su hermana.