El nombre se lo puso la marca Molly Bracken, la fama se la concedió la reina, Letizia. Y así, entre la realeza y la aristocracia de Instagram hicieron que el sutil vestido mariposa, alcanzara la categoría de fenómeno a este y al otro lado del mundo. En el terrenal como en el virtual. La tendencia ganaba adeptas al mismo tiempo que aumentaba su presencia en las tiendas y en todo tipo de prendas. Ya no era solo el vestido de Inés Domecq más codiciado entre las invitadas, también sus camisas o el mono de Barey Collection, prendas que se han echo tendncia  el primer y esperadísimo vestido mariposa de Zara que lo consolida como una de las inversiones clave de la temporada.