A solo una semana de la esperada celebración de la MET Gala, seguimos viajando en el tiempo y descubriendo anécdotas de sus asistentes más habituales. Es cierto que hasta ese mismo día, mientras empiezan a llegar celebridades al Museo Metropolitano de Nueva York, no sabremos quién acudirá a la cita más importante del mundo de la moda, pero podemos fantasear con esa codiciada lista de invitados, imaginarnos que vestirán y repasar su histórico en este evento. 

En esta ocasión, y debido a la pandemia mundial que todavía enfrentamos, la MET Gala 2021 será especialmente diferente: un evento más pequeño e íntimo que se realizará, a diferencia de como marca la tradición el primer lunes de mayo, el segundo lunes de septiembre, como broche de oro a la Semana de la Moda de Nueva York. Para así dar inicio a la próxima exposición del Costume Institute: ‘In America: A Lexicon of Fashion’.

Una gala de dos partes en la que, en ambas fechas, esperamos ver a la actriz mexicana, Salma Hayek, una asidua del ‘Super Bowl de la moda’ que, desde 1997 asiste a la MET Gala, y atesora incontables recuerdos e historias de cada uno de esos momentos. Especialmente de esa primera vez que fue invitada en los noventa y acudió, como cuenta en su video ‘Mi vida en looks’ de Vogue con un vestido que ha pasado a la historia por dos razones muy especiales. Sigue leyendo para descubrirlas. 

Salma Hayek ha deslumbrado en cada ocasión que ha asistido a la MET Gala, ya sea vistiendo creaciones de Balenciaga (‘Poiret: King of Fashion’, 2007 y en ‘Rei Kawakubo: Comme des Garçons’, 2017), Alexander McQueen (‘Alexander McQueen: Savage Beauty’, 2011), Altuzarra (‘Heavenly Bodies: Fashion and Catholic Imagination’, 2018) o Gucci (‘Camp: Notes on Fashion’, 2019). 

Cada una de ellas podrían ser un recorrido por sus mejores looks o una clara evolución de su estilo a lo largo de los años. Siempre sin perder el claro interés que ha tenido por la moda desde el principio de su carrera, como optar por siluetas un poco más atrevidas y estilos que resaltasen positivamente su figura en cada ocasión.

Esta vez, probablemente no la veremos enfundada en algún diseño de las firmas europeas del conglomerado Kering, dirigido por su esposo, y que en los últimos años se han convertido en sus firmas de cabecera: Gucci, Alexander McQueen, Balenciaga o Bottega Veneta, pero podemos apostar, ya que la MET Gala 2021 será un tributo a la moda estadounidense, que la veremos lucir diseñadores latinos asentados en Estados Unidos o estilismos de Jonathan Simkhai, Altuzarra o Dapper Dan of Harlem, firmas que ha vestido en otras ocasiones. 

Ahora bien, a la espera de la llegada del ansiado lunes 13 de septiembre, recordamos esa ocasión en la que Salma Hayek asistió a su primera MET Gala en 1997. Un evento rodeado de mucha emoción, ya que fue una gala para honrar a Gianni Versace y la creación de la marca italiana, tras su terrible asesinato ese mismo año.

Muchas de sus musas y amigos más cercanos se reunieron vistiendo su trabajo para celebrar al diseñador, entre ellos la actriz de ‘Eternals’, como ella lo comparte en su video ‘Mi vida en looks’. Aunque recuerda que para esos años ‘apenas estaba comenzando a conocerlo cuando desgraciadamente murió de una manera tan trágica’.

Sin embargo, y a pesar del corto tiempo compartido, Hayek recuerda a Gianni Versace con mucho agradecimiento y afecto, al haber sido el uno de los primeros diseñadores en apoyarla al principio de su carrera. ‘Fue muy generoso conmigo, y fue uno de los primeros que me invitó a sus fiestas, y creo que incluso a un desfile en Nueva York’.

De esa incipiente amistad, el diseñador italiano le regaló este vestido asimétrico, con abertura lateral hasta lo alto del muslo, negro con una mezcla monocromática de telas en seda y piel, de Atelier Versace que enmarcaba sus curvas maravillosamente. Una clara representación del minimalismo de los 90 que le ‘quedaba muy bien, como un guante’, como asegura la actriz. 

Aunque solo lo lució en esa ocasión, Salma Hayek asegura amar este ‘vestido hermoso’ del que guarda un recuerdo muy interesante y para toda la vida, porque el mismísimo Gianni Versace se lo entregó a ella. 

Fuente: VOGUE