Este espacio en Tepoztlán, Morelos, tiene la opción de que lo habites de manera gratuita si eres un artista de cualquier disciplina.

Ni la muerte ni el tiempo han podido contra ella. La voz de Chavela Vargas, al igual que su dolor, coraje y pasión, ha vencido el tiempo a través de sus canciones, que continúan sonando a más de 10 años de su muerte.

“La Chamana”, como se le conocía, vivió desde 2007 y hasta su muerte en agosto de 2012 en la “Quinta Monina”, la cual fue rescatada y restaurada para que las personas se puedan hospedar; ahora se le conoce como Casa Chavela y está ubicada en Tepoztlán, Morelos.

Para su restauración se rescataron los elementos principales de la casa original, utilizando materiales locales. Cada espacio fue intervenido con piezas únicas de arte y diseño que incorporan la esencia y magia de Tepoztlán, que tanto enamoraron a la cantante.

Además, si eres artista puedes solicitar una residencia artística para hospedarte gratis de 10 a 15 días. El hospedaje incluye una habitación, baño y cocineta privada. El jardín y las áreas comunes serán compartidas.

Su amor por México

«Todo mundo sueña con México. Es México el que atrae música. Yo soñaba con un paraíso que se llamaba México», afirmaba Vargas.

Ella nació con el nombre de María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano un 17 de abril de 1919 en el barrio San Joaquín de Flores, en Heredia, Costa Rica, pero murió como Chavela Vargas un 5 de agosto de 2012, siendo más mexicana que el tequila.

“Me voy con México en el corazón”, fueron de las últimas palabras que dijo, de acuerdo con sus familiares, antes de exhalar por última vez a los 93 años en Cuernavaca, Morelos.

Para “respirar” ese amor que la cantante sentía por nuestro país, podrás hospedarte en cualquier de estas habitaciones.

Habitación Chamana

Principal

Perteneció a Chavela Vargas

Para 2 personas

Habitación Chalchi

Sencilla

Habitación Monina

Doble

Para 4 persona

Habitación Tlani

Sencilla

Para 2 personas

Bungalow Cupaima

Doble

Para 4 personas

Cocineta

Artículo publicado originalmente en Estilo DF