- Ser amable no solo es algo que agradecen los que están a nuestro alrededor, sino también nuestra mente y nuestro cuerpo.
- Muchos investigadores se han interesado por el poder transformador de la amabilidad, esa característica que nos hace ser complacientes, afables y afectuosos sin esperar nada a cambio. Y es que, a veces, los actos más pequeños (si se hacen día tras día) son los que más efecto tienen en nuestra vida.
El poder de la amabilidad
Uno de los estudios más interesantes sobre el poder de la amabilidad se publicó en 2023 y participaron personas con ansiedad, estrés o depresión leve. De forma aleatoria se les dividió en tres grupos, cada uno de los cuales tenía que realizar una actividad distinta para ver el efecto que esta tenía sobre su estado de ánimo.
A uno de los grupos se le pidió que fuera más sociable durante cinco semanas, a otro que realizara una forma escrita de terapia cognitivo-conductual y al último ser más amable y realizar tres actos de bondad a la semana.
¿Los resultados? Las personas del último grupo redujeron de un modo más significativo los niveles de ansiedad y depresión. Sin embargo y pese a estos y otros beneficios que veremos, según otro estudio, las personas pueden limitar sus actos de amabilidad porque subestiman su valor.
¿Por qué ser amables nos transforma?
Cuando realizamos actos de amabilidad como cooperar con los demás o ser generoso, se activa en nuestro cerebro una zona conocida como núcleo estriado, el cual se caracteriza por responder a acciones que tienen un efecto gratificante para nosotros. Por eso ser amable nos hace sentir bien.
Pero eso no es todo, según la clínica Mayo los actos amables también tienen el poder de reducir la presión arterial y de aumentar la esperanza de vida de las personas, así como su calidad. Además, también es un gran remedio contra los efectos de la soledad y el mal humor.
Lo más poderoso que tiene la amabilidad es que es contagiosa y un acto amable puede inspirar a otros a serlo también.
Esta no es una afirmación al azar y pastelosa, la ciencia ha descubierto que las personas que reciben actos de amabilidad tienen más posibilidades de ser amables.
¿Cómo ser más amable?
Solemos pensar en la amabilidad como algo que caracteriza a una persona de forma innata, pero lo cierto es que es una cualidad que se puede cultivar. Es decir, nos podemos convertir en personas más amables si así nos lo proponemos. ¿Cómo? Pues obligándonos a hacer actos amables para que luego nos salgan de forma natural. Ahí van algunos que, como verás, no son grandilocuentes ni muy costosos.
Por ejemplo, una simple sonrisa a alguien por la calle cuando cruzáis miradas o un saludo cordial puede hacernos sentir más felices. Abrazar a nuestra pareja también se ha descubierto que tiene grandes beneficios para la salud cardíaca, pues reduce la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
La doctora Tristane Inagaki de la Universidad Estatal de San Diego, a la respuesta de cómo ser más amable responde: “Se pueden hacer cosas en la vida diaria, dentro de casa. Llevarle un té o un café a un vecino. Tal vez hornees algo y se lo dejas en la puerta o lo llevas al trabajo. También puedes hacer favores a compañeros, pequeños detalles. Es algo que puedes hacer en tu vida cotidiana”.
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