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Vestirse con el pasado para brillar en el futuro es lo de hoy .

Convirtiendo mantas sintéticas en las nuevas estolas de piel, diseñadores como Marc Jacobs y Demna Gvasalia, nos traen el pasado para lucir en el futuro con glamour.

El desenfreno de las pasarelas físicas ha vuelto a desplegarse por todas las capitales del mundo. Desde Pyer Moss en Nueva York (nada más físico que posponer un desfile por lluvias torrenciales), a Jacquemus en París y Dior en Atenas. El reflejo de la luz que entraba por las cristaleras de la Biblioteca Pública de Nueva York brillaba con un tono especial sobre las paillettes iridiscentes que adornaban algunas de las salidas de la colección otoño 2021 de Marc Jacobs. Y la fricción de la ropa de Balenciaga, que retumbaba por las paredes del salón reconstruido de la avenida George V para el debut de Demna Gvasalia en la Alta Costura, también lo hacía con un sonido único. Porque puede que el mundo esté volviendo a la normalidad y a lo que era el pasado pero con un toque especial el cual lo hace distinto. 

A lo largo de los últimos meses, el mundo de la moda ha sido testigo de las propuestas con las que todos los diseñadores del mundo planean vestir el futuro próximo. Algunos de ellos, como Pierpaolo Piccioli de ValentinoCharaf Tajer de Casablanca o Julien Dossena de Paco Rabbane, han propuesto una firme visión construida a través de un escapismo casi surrealista. Sus diseños se alzan como una avalancha del color y disfrute que ha faltado en nuestras vidas: , la irreverencia retro de Casablanca, bañada en suaves tonos pastel, combinada con rojos y amarillos que rematan chaquetas de formas redondeas; o el caleidoscópico despliegue de estampados en vibrantes colores de Paco Rabanne, decorando piezas que fluyen con la promesa de una primavera sin preocupaciones. Estas presentaciones, sin embargo, no buscan necesariamente conectar con la realidad, sino crear una nueva que se funda en el firme optimismo de un futuro mejor, innovar seria la descripcion del objetivo de estos diseñadores.

Ese lujo se materializa en la propuesta de Jacobs en sus formas colosales, casi expansivas. Las capuchas se alzan altas sobre las cabezas, las plataformas sostienen a las modelos a decímetros del suelo y las espaldas cóncavas compiten con las colas en su amenaza por ocupar con un solo look todo el espacio en el que no hemos podido existir durante meses. En la forma en la que construye esos volúmenes, sin embargo, es donde encontramos los retales de la comodidad y estilo.

en algunas pasarelas las modelos han lucido un diseño de estola tejida con una brillante seda fucsia que, sin embargo, está forrada en su interior con peluche sintético, un tejido que también aparece en solitario colgando de forma similar sobre brazos desnudos. Las envuelve y se desborda como si fuera una enorme pieza de armiño, construyendo un glamour alejado del escapismo de tejidos exuberantes, más cercano a una manta sintética. Que las arrastren, como quien lleva una consigo al moverse de la cama al sofá, solo hace el detalle más agudo. 

Las modelos de Jacobs están preparadas para ir a la ópera, con sus regios volúmenes a lo Balenciaga y abrigos de proporciones dignas de Charles James, pero el glamour de antes ya no es el de ahora. Con la manta por bandera, Jacobs señala una de las tendencias más románticas que nos han dejado los diseñadores en los últimos meses: vestirse con los retales del mundo que vivimos para brillar en el que nos espera.

La descontextualización de piezas que se convirtieron en el único fondo de armario viable en un mundo sin eventos también ha aparecido en las colecciones de diseñadores como Glenn Martensde Y/Project o Rick Owens. Si las ventas de pantalones de chándal ascendieron de manera meteórica el año pasado para garantizar la comodidad, ahora su presencia se reintroduce en el ideario de Martens como sujeto de deconstrucción. Entre los looks de la colección primavera 2022 de la firma liderada por el diseñador belga, destaca un segmento creado en colaboración con la marca de ropa deportiva italiana Fila, en la que los pantalones de chándal se convierten en elegantes faldas de satén a través de ingeniosos agujeros.

Nadie ha llevado esto, sin embargo, tan lejos como Demna Gvasalia en el retorno de Balenciaga a la exclusiva cúpula de la Alta Costura. Entre abrigos y capas del archivo de la era de Cristóbal adaptadas por la contemporánea mirada de Gvasalia a un mundo donde el pasado y el presente conviven en cuellos kimono ligeramente abiertos con una precisión milimétrica, el diseñador georgiano ha incluido detalles similares a Jacobs, Martens y Owens. Aunque dentro de su imaginario siempre han estado presentes elementos del vestuario más urbano equiparados a trajes cortados de forma magistral, que también los haya presentado en la Alta Costura lleva su discurso a un nuevo plano que nunca había alcanzado antes.

Tras tanta discusión con la moda post pandemia y la preocupación por encontrar el “nuevo New Look”, algunos diseñadores parecen haber dejado la decisión en manos del público. Porque para volver al glamour, a la elegancia y al ritual de arreglarse no necesitamos gran cosa: envuélvete en una manta, en un albornoz o un bloque de paja. La calle es tuya. Y ya no hay excusa para no tomarla,crea a tu gusto y usalo como algo nuevo.